Quién diría que la vida adulta es una constante subida y bajada, recordar y olvidar cosas, hablar y agendar turnos, perder y encontrar papeles, hacer trámites engorrosos que ni siquiera sabemos si algún día van a ser de utilidad.
Es un círculo que se repite, cuando crees que ya está todo terminado, empieza de vuelta.
Te distraes dos segunditos y te inundan los pendientes.
Comentarios
Publicar un comentario