Es curioso cuán ocultas pueden permanecer las intenciones de las personas.

De los individuos de los cuales elegimos estar cerca. La línea es extremadamente fina.

Fina o confusa, puede ser que alguien se alegre y por dentro el fuego lo esté carcomiendo, 

nunca se sabe, nunca se llega a adivinar qué es lo que surge en la mente de los demás.

Ahí es que radica el peligro.

Porque cuando más felices y extasiados estamos, corremos a contarlo, a gritarlo y especificar en detalles todo aquello que planeamos seguir haciendo para continuar siendo felices.

Y no a todos eso los hace felices.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ansiedad