Ansiedad

Una sensación extraña, opresión en el pecho, cosquilleo en las manos, dificultades para dormir, hasta llegar al punto en que el sueño parece el único refugio. Es difícil de explicar el por qué, por motivos que uno desconoce, la imaginación empieza a correr y pareciera que el cuerpo termina temiéndole a la propia mente. Dominar la mente es el aspecto más complicado e inquietante. Hoy en día, la solución aparente es ser productivo, ocupar nuestra mente y cuerpo para hacer miles de cosas, nuevas o viejas, y así poder callar los pensamientos. Todos aquellos escenarios posibles se presentan de manera fugaz, pero atroz; para quitarnos la tranquilidad, para hundirnos en un pozo que sólo se hace más profundo. Cierto es, que aquellas cosas por las cuales me preocupo, no están sucediendo, no sé si van a suceder, y si así fuera, está totalmente fuera de mi poder controlar el tiempo y el orden de los acontecimientos. Es imposible. Es un verdadero esfuerzo aceptar que, no podemos ser productivos todo el tiempo, pero sí podemos limitar nuestros pensamientos para no estar a merced de ellos.
Hacer algo siempre ayuda, pero no con el fin de obtener un resultado inmediato ni frustarse en el proceso.
Hacer algo por uno, para que la mente pueda comprender que hay otros escenarios posibles y que no sólo los peores tienen lugar, hay que concentrarse en el ahora.


 

Comentarios

Entradas populares de este blog