La cuarentena me está haciendo pensar, cosas que tal vez antes no había tenido el tiempo de considerar, o la rapidez del mundo en el que vivo no me permitió hacerlo nunca con detenimiento.

Cuan importante es la salud mental, y en consecuencia, la fragilidad que representa.
Hoy, 28 de Mayo, llevo 74 días en cuarentena, salí varias veces, a comprar el pan, consultas al dermatólogo y análisis, entre otras.

La sensación de salir, después de estar tanto tiempo encerrada, es algo que nunca había experimentado y las cosas conocidas, los recorridos habituales, las compras, el contacto social, parecen estar inundados de pequeños hábitos nuevos, que voy adquiriendo con cuidado y a veces con gusto. Estoy intentando desechar el pánico que a veces se hace presente por las noches, cuando empiezo a pensar qué pasaría si alguno de nosotros se contagia, si no puedo ver nunca más a alguien que amo, si estoy perdiendo mi tiempo o si estoy llevando a cabo un acto heróico quedándome en mi habitación.

Y cosas tan simples como salir a tomar un helado o una cerveza, festejar un cumpleaños, salir a hacer compras, se ven desdibujados y los sitios comienzan a volverse desconocidos y lejanos, las personas que te miran tal vez están juzgándote por tocar algo que no deberías tocar, o abrazar a alguien por el simple hecho de que la costumbre lo hace inevitable, a veces tengo la sensación de... pensar si tuviera que aprender a hacer todo otra vez.

Aún así, es cierto que sirve para valorar cosas que, viéndolas desde afuera son preciadas, compartir una tarde con la persona que amo, una charla con mi mamá, o un chiste con mi papá, esos momentos se vuelven diferentes porque la tragedia alrededor para todos es diferente, pero así y todo hay cosas que parecieran volverse más especiales.

La fragilidad es cosa corriente, el llanto, la incertidumbre, los malos pronósticos, las cifras erradas o ciertas, la angustia, el encierro que para algunos puede ser hasta peligroso.


Por momentos fantaseo y hasta sonrío, pensando qué alivio sería despertar mañana y que anuncien en la televisión que el virus se esfumó, que todo era una mentira para poner a prueba nuestra cooperación. Y en esa fantasía me imagino poniéndome firme para cumplir aquellos proyectos que había empezado, planeando fines de semana con quienes quiero, creciendo personalmente sabiendo que todo esto se pudo superar.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ansiedad